Tras un partido descomunal de Ter Stegen, el FC Barcelona ganó por 2-1 al Dinamo de Kiev.
Los partidillos que se disputan
en las fases de grupos de la Liga de Campeones se parecen a los huevos Kínder,
esos que mi abuela me daba cuando era un crío de ocho años. A veces traen
sorpresas. Y la sorpresa fue el Dinamo de Kiev, para ser exactos, su portero,
Ruslan Nashcheret. Con 13 bajas por el Covid-19, el equipo ucraniano viajó
hacia la ciudad condal para disputar el tercer partido de la UCL. Las apuestas
giraban alrededor del número de goles que iba a marcar Messi. Los
protagonistas, sin embargo, no fueron los delanteros, y mucho menos el 10, como
estaba previsto, sino los porteros de ambos equipos.
Koeman, ansioso por el regreso
de Ter Stegen, dejó en el banquillo a Neto y no dudó ni un minuto en ponerlo
como titular después de volver de una lesión que le dejó dos meses y medio en
el quirófano. El partido empezó con buen pie para el Barcelona, cuando en el
minuto cuatro el Dinamo de Kiev provocó la única falta de la primera parte. Aun
así, esta acción les costó el penalti marcado por el astro argentino. Con este
tanto, Messi anotó su cuarto gol de la temporada (tres en Champions y uno en La
Liga) desde los once metros y sigue sin ver portería a partir de una jugada. Después
de un inicio que hacía pensar en un triunfo plácido para el conjunto azulgrana,
que a los cinco minutos iba ganando y que no pudieron marcar más gracias a las
paradas del portero juvenil de 18 años, el Barça se relajó, como siempre, y se
resguardó en la esperanza de ganar el partido porque sí. Y ya hace tiempo que
los partidos no se ganan así y lo saben. La conexión Ansu-Jordi Alba-Messi por
la banda izquierda iba de maravilla para poder generar más ocasiones de gol. La
primera parte acabaría sin que el marcador se moviera tras el 1-0.
La segunda parte no tuvo el
nombre de los azulgranas. Muchas pérdidas de balón, muchas ocasiones de gol
falladas y delanteros sin hacer sus funciones de delanteros. De la zona
superior del campo solo destacó el cumpleañero Ansu Fati. Griezmann, otro
partido más, desaparecido. Dos ocasiones que tuvo, dos ocasiones falladas. El
francés sigue sin encontrar gol en competición europea. Por otro lado, Messi
solo apareció para provocar y anotar el gol de penalti. Piqué, siendo defensa,
decisivo para marcar el gol de la victoria.
Duelo de porteros
En Can Barça se le echaba de
menos. Ter Stegen volvió a lo grande, como lo es él. Tras estar dos meses y
medio en quirófano, el portero alemán volvió con más fuerzas que nunca para
verse las caras contra el Dinamo de Kiev en la competición europea. No llega a
ser por él y el Barcelona se va del Camp Nou con más de dos goles en contra. La
exhibición del guardameta barcelonista empezó en la primera parte (min. 35). Un
centro de G. Rodrigues colocó el balón a la cabeza de Buyalsky a tan solo cinco
metros de la portería. Ter Stegen se hizo enorme y se paró el trallazo
ucraniano extendiendo el brazo izquierdo para palmear el balón hacia arriba.
En el inicio de la segunda
parte volvió a resurgir. Ter Stegen volvió a salvar el partido tras una pérdida
de Jordi Alba que se convirtió en un chute de Tsygankov que fue dirigido hacia
el pecho del meta alemán. No iban a pasar ni diez minutos para que volviera a
actuar, parando otro posible gol con el pie. Su show finalizó con otro paradón en
un mano a mano con Tsygankov, evitando el 2-1 y convirtiéndose en el hombre del
partido.
Por otro lado, el jovencísimo portero
del Dinamo de Kiev, Ruslan Nashcheret, de tan solo 18 años se convirtió en el
protagonista del equipo rival. Con las 13 bajas de su equipo, el portero se
estrenó en competición europea. Para él era su segundo partido con el primer
equipo. Quien le iba a decir antes de todo que se iba a estrenar en la
Champions contra el FC Barcelona, en el Camp Nou y a su segundo partido con el
equipo ucraniano.
El partido empezaba con buen
pie para Nashcheret, nunca mejor dicho. Tras una dejada de Ansu Fati, Messi
lanzó un chut cruzado hacia la portería que el meta pudo despejar con el pie. Antes
de finalizar la primera parte iba a tener su minuto de gloria, otra vez. Un
Ansu descomunal, como siempre, chutó desde la frontal donde el joven pudo
blocar en dos tiempos el balón del barcelonista. Pero no iba a ser hasta en el
minuto 57 de partido cuando la acción del guardameta dejaría boquiabiertos a
todos los presentes en el estadio. Messi entró solo al borde del área, colocó
su pierna más hábil, la zurda, para chutar. Se fijó en la escuadra y ahí fue.
Pero el astro argentino no tenía pensado en el salto que iba a hacer el jugador
ucraniano. El balón fue volando hacia la escuadra izquierda de la portería y,
tras una tajada importantísima, Nashcheret envió la pelota a córner. Todo
fueron paradones. En el minuto 64, también. El joven portero convirtió en
parada un cabezazo de Sergi Roberto. El partido finalizó para el meta con otra
parada por la escuadra. La misma que Messi en el 57, pero provocado por Dembélé.
Pau Pedraza Sopena
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