En la
sociedad estamos acostumbrados a pedir resultados rápidos pero a veces lo bueno
debe cocinarse a fuego lento. El FC Barcelona debía corregir problemas de la
directiva, (a priori solucionados una vez llegue la nueva junta) en los malos
hábitos de los jugadores y en la poca intervención de los últimos entrenadores.
Koeman está constuyendo un proyecto nuevo con jugadores muy jóvenes fichados,
otros que llegan del filial y el resto del equipo con algunos ya veteranos. El
engranaje del 4-2-3-1 no termina de cuajar pero hay que darle tiempo y corregir
los errores porque a diferencia de otros años, el club azulgrana sí puede jugar
así pero necesita rodaje. Las transiciones defensivas es la principal lacra del
equipo. En Champions contra el D.Kiev el equipo se desmoronó en los
contraataques y lo penalizó con varias ocasiones que fueron salvadas gracias a
Ter Stegen. Con todos los respetos para el Kiev, un Bayern, Liverpool o incluso
un Madrid o un Atleti anteayer le mete 4 al Barça o más.
En el
4-2-3-1 el equipo se debe ser un bloque para remar juntos como así requiere el
fútbol moderno. Es un sistema que da muy buen resultado con una comunión total
del equipo como así se ha dado en el Bayern. Cuando el 4-2-3-1 de Flick
funcionó no había quien parara esa máquina destructiva y demoledora que se
cargó a Barça, Leipzig, PSG, Dortmund y a media europa para conseguir el
triplete. Cada vez se entiende menos de individualidades sino de actuaciones
grupales y Koeman lo sabe. Después de tantos fracasos el culé debe fijarse en
el juego y las mejoras y tratar de disfrutar de su equipo sin crearse
expectativas erróneas. La reconstrucción es obvia por eso Koeman prioriza el
juego antes que los resultados, principal error de los últimos años.
Gusta su
caràcter y decisión y recuerda a la filosofía de vestuario de Cruyff. Koeman es
muy listo. Cuando Ansu o Pedri han realizado un partidazo al siguiente,
banquillo. A Griezmann lo sacó en sus peores momentos y lo castigó cuando
estaba bien dos partidos por sus declaraciones en Francia. Esta contradicción
provoca que los jugadores no tengan asumido su sitio en el once y luchen en
cada entreno por ganárselo. No hay roles en el equipo y punto, es así. Diseña
las alineaciones por meritocracia y no por cartel, nombre o publicidad del jugador.
Para electrificar el 4-2-3-1 debe dar minutos a Aleñá o Riqui Puig y evitar el
juego a cámara lenta cómo pasó en Vitoria. Por eso se vio su rostro serio tanto
el sábado como en Champions porque sabe que las cosas no están funcionando.
A pesar
de todo hay muchos motivos para seguir remando con Koeman. Las sensaciones del
culé son distintas y es sin duda el indicado para manejar esta situación y un
mito muy respetado por todo el barcelonismo. Se necesita mucha paciencia y
comprensión con el proyecto, porque ahora sí lo hay. A pesar de los últimos
resultados y el juego, no sé cuando pero creo que este Barça triunfará. Los
notas no son en noviembre son a final de curso, esos exámenes que el Barça ha
suspendido en los últimos años. Hay que confiar en el equipo y dejar los temas
extradeportivos de una vez y ya llegará el nuevo presidente. Ahora es el
momento de Koeman, como bien saben en Holanda los tulipanes tienen su proceso
para que crezcan y brillen, como este Barça que también lo hará.
Oriol Alsina Anguís
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